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La importancia del desayuno para adultos y niños

La escasez de tiempo, como también el poco interés por una dieta sana, llevan a adultos y niños a saltarse horarios de alimentación como el desayuno u optar por colaciones con alto contenido en grasas y azúcares, desconociendo que estas decisiones influyen negativamente en su salud física y mental.

Según diversos estudios, la primera comida del día es esencial, ya que rompe el ayuno del sueño y contribuye a mejorar la concentración, proporciona rapidez y control en el inicio actividades diarias.

Camila Castro, Nutricionista de la Universidad Católica del Norte, sostiene que “es fundamental para la población en general y con mayor énfasis en niños y estudiantes, el consumo diario de un desayuno saludable, porque después de 6 ó 7 horas de ayuno (período de sueño), el organismo necesita recuperar parte de la energía que fue utilizada durante ese tiempo, además, es necesaria dicha energía para permanecer activos durante el día”.

Junto con lo anterior, la profesional explicó que está comprobado que la prolongación del ayuno generado durante el sueño puede favorecer la obesidad, pues incrementa las posibilidades de comer fuera de horario alimentos con bajo valor nutricional. Además, contribuye al bajo rendimiento físico y emocional de  trabajadores y estudiantes, lo que conlleva a estados de desánimo, mal humor e irritabilidad.

Con respecto a la calidad de esta comida, la interna señala que lo ideal es que contemple lácteos, frutas y cereales. En el caso de los lácteos puede ser una taza de leche, yogurt o quesillo y los cereales más recomendados son aquellos integrales, en forma de pan, galletas o avena, entre otros.

El desayuno debe aportar alrededor del 20% de la energía que deberíamos consumir durante el día, ante ello, leche o derivados lácteos idealmente deben ser descremados o semi descremados, los que no sólo aportan proteínas, sino que micronutrientes como el calcio y algunas vitaminas del complejo B. En cuanto a los cereales entregan carbohidratos que brindan energía y fibra dietética. Finalmente, la fruta aporta vitaminas, minerales y antioxidantes.

Otro tema no menos importante es la contribución del desayuno en la regulación del tránsito intestinal y su repercusión en el bienestar digestivo. Después del ayuno nocturno, la ingesta de líquidos y fibra hidrata al estómago, activa los movimientos del intestino grueso y favorece la excreción.

Por todo lo recién mencionado, “hacemos un llamado a la población a mejorar sus hábitos de alimentación, enfatizando en el consumo de un desayuno saludable para los niños y de esta forma promover salud y lograr prevenir enfermedades”, mencionó Castro.

 

Nutricionista Camila Castro Gálvez